miércoles, 2 de septiembre de 2015

Día 1: Madrid - Los Ángeles

Buenos días seguidores. Hoy es un día largo y cansado, aunque estaré la mayor parte sentada. También es un día de nervios, de mucha ilusión, y sobre todo mucha expectación, ya que hace diez años del resacón en Hawaii.

He llegado con bastante tiempo al aeropuerto, aunque me he tragado un buen atasco. De todos modos hay que hacer el check in con al menos tres horas. Mi vuelo es de American Airlines operado por Iberia, así que he ido a la primera y me han mandado a la segunda, y luego esta segunda "pretendía que me fuese otra vez a la primera", no me he dejado y me lo ha hecho Iberia, y aunque he llagado antes, ya había cola y ha sido lentito. He conseguido ventanilla y creo que muy buen sitio.

Después de la primera prueba superada, cosa que me hace recordar el cómic "Las Doce Pruebas de Asterix", he ido al control de aduanas. Sorprendentemente ha sido muy light. He sacado cámara, teléfono, tablet y cinturón, y no me han mirado nada. Tampoco he tenido que quitarme los zapatos. Por fin ya estoy dentro.

Primera parada duty-free, donde he picado con unas cremas, y unos esmaltes de larga duración, y ya que estábamos, las chicas de Bobbi Brown me han maquillado, así muy natural, con lo cual voy divina de la muerte.

A la puerta de embarque hay que llegar con hora y media de antelación y aquí me han hecho el control. Solo me han buscado en una lista y me han dejado pasar, aunque yo en dicha lista no me he visto. Así que ahora estoy aquí sentadita contando esta crónica, y ojeando al personal. Cuando me he cansado de ojear, he averiguado que los que estaban en la lista son los del control aleatorio, donde te miran hasta las rayas de la mano. Unos que volaban a Miami casi pierden el avión, porque a el le ha tocado la china. Ya os contare mas porque de momento el aeropuerto no da para mas. Y por cierto hay wifi gratis.

Continuando con la crónica, he llegado sin novedad, la verdad es que el vuelo ha sido buenísimo, conducido por una piloto, y la tripulación de cabina del genero varonil, muy por encima de la media, yo diría impresionante, impresiónate, sin embargo las tías muy mayores. Más que yo por si hay algún bocazas al que se le ocurre la gracia. El avión muy moderno y muy grande, esta vez no era un gua. Lo peor del día el control de aduana, hora y media, menos mal que la maleta llego sin novedad, y después de lo cansada que estaba, resulta que no había nadie esperándome, ya se que no había avisado y que venía de incógnito, pero un poquito de por favor. Aquí en la puerta del aeropuerto estaba todo lo mejorcito de la población latinoamericana, y como resulta que todos los choferes de los traslados son amiguetes, pues cuando ya llamaron a la agencia y les comentaron que no estaba en la lista, uno de ellos se ofreció o llevarme, total ya llevaba a otros clientes al mismo hotel. La verdad es que el trato fue excelente porque otras veces me han dejado tirada en el aeropuerto y me he tenido que coger un taxi. Lo bueno de todo esto es que ahora 10 choferes me conocen y me saludan si me ven por la calle.

Ya he contactado con 6 personas de mi grupo. Por cierto no hay wifi gratis en el hotel, ni en la recepción, con lo cual puede que no lleguen las crónicas a tiempo, tener paciencia.

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